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La Enciclopedia de los Migrantes

Ramón Sánchez Pérez De Lara

Profesor, Escuela de Bellas Artes, Cádiz

El valor es una cualidad que confiere a las cosas, hechos o personas un significado, ya sea positiva o negativa. Para el idealismo objetivo, el valor se encuentra fuera de las personas; para el idealismo subjetivo, en cambio, el valor se encuentra en la conciencia, en la subjetividad de los sujetos que hacen uso de él.

Los objetos personales cuentan historias y describen a sus poseedores y sus vidas. Las personas migrantes, cuando toman la decisión de abandonar su país, también deben elegir qué se llevan como equipaje y qué objetos personales formarán parte del viaje. Objetos con un valor estético, valor fetiche o sentimental, objetos que identifican a la persona y que nos hablan de ella y de la situación que está atravesando en su vida. Representan un momento, donde se cuestiona la identidad individual, sus emociones y la de un colectivo; donde se examina la importancia que se le da a estos objetos, referencia de sus vidas pasadas y presentes, para intentar proyectarlas hacia un futuro conservándolos como depositarios de la memoria; donde se describe su cultura y su origen. Los objetos nos permiten acercarnos a la vivencia de la experiencia migratoria de un colectivo y sus vidas. ¿Qué nos cuentan estos objetos, qué nos dicen de estas personas y qué valor representan?

Indagar acerca de los objetos que personas migrantes eligen de forma especial a la hora de marchar de su país nos permite acercarnos a la vivencia de la experiencia migratoria. A través de los relatos de tres personas de origen diverso sobre su traslado y el lugar actual que ocupan los objetos en su nuevo destino, veremos procesos relacionados con la construcción de la propia vida, la identidad individual, la conservación de la memoria y el papel de los seres queridos en este proceso. Estos objetos dan cuenta de emociones, sensaciones, vínculos e historias personales y familiares que se intentan conservar a la hora de migrar, y que adquieren nuevas dimensiones una vez en destino.

LA CAJA SECRETA DE MILOUDA

Milouda El Hankari procede de un pueblecito situado en el Rif llamado Beni Bouayach (Aït Bouayach), en el norte de Marruecos, provincia de Alhucemas, localizado en el interior, a pocos kilómetros del mar Mediterráneo. Milouda cruzó el Estrecho cargada de inquietudes con una caja donde irá guardando todos aquellos objetos que tienen un gran significado para ella y que con el tiempo irá ampliando el número de cosas preciadas. Conforme pasan los años, se sumarán experiencias y objetos que le acompañarán y que describen esos momentos para ella significativos emocionalmente, que guarda con celo, como un gran tesoro de vivencias personales que sólo ella sabrá interpretar, leer y contemplar. Muchas veces dependerá ya sea de la inspiración y la emoción que le transmitan o si estos objetos eligen a Milouda para acompañarla en su trayecto vital. Estos tesoros pueden ser cartas, fotografías, poesías escritas en un trozo de papel, una flor seca, hojas de algún árbol, así como pequeños objetos de características muy diversas que son elementos insustituibles, no intercambiables, personales y difícilmente compartibles que se han ido agregando a lo largo de sus viajes, que cuentan historias y permanecen guardados en una lata. Esta lata irá oxidándose con los años y solamente será sustituida por otra cuando lo decida Milouda y el obrar del tiempo. La incorporación de ciertos objetos en el recorrido vital intervienen de forma sustancial en la descripción de momentos importantes, que, como en este caso, permanecen en secreto y bajo custodia.

EL RELOJ LLEGADO DE IRLANDA

El profesor Maurice O’Connor conserva un reloj de principios del siglo XX con el que se establece un curioso vínculo con su abuelo. Su compromiso político, que le motivó a recorrer parte de Hispanoamérica antes de arribar a tierras del sur andaluz, le permitió vivir en La Habana el trigésimo aniversario de la Revolución cubana y también coincidió en su periplo con los últimos días del gobierno sandinista de Nicaragua en 1989. Este interés por los movimientos políticos americanos quizás forma parte de la herencia recibida de su abuelo materno al que nunca conoció, Thomas Corrigan, comprometido en la lucha y la defensa por los derechos del pueblo irlandés del lado del Republicanismo, con el Sinn Féin. También profesor, tuvo que exiliarse a Nueva York. A veces parece inevitable que ciertas señales que marquen el propio destino y nos informen de dónde venimos a través de parientes con los que nunca coincidimos en vida y que de alguna manera guardan una relación estrecha con lo más profundo de nuestro ser, a pesar del largo tiempo que empleamos en percatarnos de ello. Quizás sea este reloj que perteneció a su abuelo, que va marcando el tiempo presidiendo el aparador del salón, lo que estreche esos lazos invisibles con la familia, con su abuelo, a quién nunca conoció. Hay lugares que no los escogen las personas sino los objetos. Este es el caso del reloj de Maurice, que aunque forma parte de un ambiente ajeno a su lugar de origen, preside, de forma silenciosa, un lugar haciendo honor a su historia y procedencia. La referencia de ciertos objetos heredados están destinados a reescribir leyendas familiares, donde se conecta presente y pasado con historias comunes en lugares diversos.

KANITA Y LA COMIDA

Kanita Mukanovic procede de Bosnia Herzegovina, concretamente de Sarajevo. Para ella lo más preciado que transporta en su equipaje cada vez que regresa de su casa de Sarajevo es la comida. Tiene un valor especial, pues es un objeto perecedero y con un gran aporte y sentido emocional. Es su forma de mantenerse conectada casi espiritualmente con Bosnia, su casa y su familia. Es difícil encontrarle un sentido tan particular pues supone un momento de gran trascendencia, casi sagrado. La degusta, la disfruta, alarga incluso el proceso para deleitarse lentamente, para sentir que aún le queda un último bocado y disfrutar el sabor de su casa, de su familia. Mientras mastica, mezcla el salado de las lágrimas con la textura del jamón de ternera, el paté de pechuga de pollo o los dulces de antiguo origen turco como el baclava, kadaif o tulumbe. Son sabores distintos que la retrotraen a su hogar, muy difíciles de encontrar por estos nuevos lugares donde ella ahora habita y por supuesto, al ser perecederos, con fecha de caducidad. De ahí su doble importancia. Algo material y duradero no tiene para Kanita el mismo valor que la comida de su casa. Su consumo le causa sentimientos encontrados: de una parte, cuando se van agotando, le produce un ligero dolor, algo íntimo desaparece de ella misma, pero al mismo tiempo supone el alivio de liberarse de la angustia que le produce el temor a que se deterioren con el paso de los días. Bocado a bocado es una mezcla de goce y dolor. Un sentimiento de culpabilidad que se desvanece cuando todo se ha ya consumido.

El acto de comer es usado como mecanismo socializador en la mayoría de los países durante celebraciones, festejos familiares, funerales, eventos honoríficos, aniversarios o encuentros de origen religioso. En estas ocasiones la comida ocupa un lugar primordial.

La persona migrante considera la comida como algo que le pertenece, ya sean las recetas que conserva con gran celo, acumuladas a través de generaciones, ya sea el deseo de disfrutar en la localidad de destino la comida preparada con tanto cariño, lo que supone transportarla en la maleta para el viaje antes de que pierda sus propiedades. La cocina y el comer se convierte de algún modo en algo transcultural cuando se prepara en el lugar fuera de su entorno, pero enriquecida por el aporte de otros condimentos, permitiéndole que adquiera nuevas sensaciones. Cuando se trata del disfrute en soledad de la comida preparada por familiares, supone una experiencia en la más profunda intimidad, un ensalce de emociones que va desde el gozo emotivo encontrado por olores y sabores que transportan al hogar y a tu entorno lejano como el sentimiento de la melancolía, recreando momentos y personas que se encuentran a cientos de kilómetros.

Existen objetos que forman parte de estos individuos creando una relación especial, constituyendo una relación de apropiación para dar al objeto un valor particular y único y que identifica a todas estas personas con su entorno cultural. Son objetos personales, singulares y no intercambiables, auténticos elementos biográficos y piezas fundamentales en la narración de estas vidas. También están aquellos objetos que hacen referencia a experiencias no sólo sentimentales sino sensoriales, como el gusto, como la comida, tan importante para Kanita, que permite con su sabor y aroma recrear un momento, un espacio, una cultura o conexión con su origen familiar muy íntima. Estas posesiones les permiten también conservar recuerdos y la memoria de sus orígenes y su valor toma cuerpo en el momento de ser elegidos.

Estos objetos pueden ser auténticos referentes del lugar y del tiempo que identifican a sus poseedores como son por ejemplo las fotografías de familiares, de amigos, de seres queridos o lugares. También pueden ser testimonio de experiencias que describen momentos concretos. A veces los objetos permiten con su presencia crear contextos de lugares diversos y lejanos, de su origen geográfico sirviendo como enlace especial entre estos lugares y las personas. La fotografía no es sólo un soporte material. La credibilidad de la fotografía tradicional ha descansado ocasionalmente en el carácter original de su correspondencia inicial con el mundo que reproduce en imágenes, una relación que se considera fundamental como sistema de representación. Por otra parte están aquellos objetos que se han ido adquiriendo como regalos. Estos objetos ofrecidos pueden guardar un gran significado en la vivienda del migrante, a veces para ser exhibidos como referencia al lugar de procedencia. Otros permanecerán en lugares más ocultos, en función de la relación que tenga con su poseedor, por sus vinculaciones sentimentales e íntimas, tesoros custodiados que acumulan una gran carga emocional, protegidos de la vista de extraños como en el caso de Milouda.

Otra consideración importante es la identidad y la continuidad con el lugar de origen, con el espacio y el tiempo pasado, su vinculación no sólo con las personas, sino con los lugares y momentos, evocan experiencias vividas del pasado pero también formando a la vez parte del presente para marcar un espacio temporal de continuidad.

Los objetos elegidos se convierten en significantes, incluso simbólicos, por su carácter evocador y por su capacidad de transmitir significado al sentido migratorio. Los vuelve importantes ya que son reflejo de una experiencia de vida crucial y con su presencia describen estas biografías personales. Objeto y sujeto se interrelacionan para compartir historias y emociones.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS