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La Enciclopedia de los Migrantes

Belkis Oliveira & Vasco Soares

Sociólogos, ASI, Université Portucalense, Oporto

Las iniciativas emprendedoras representan un importante elemento de la dinamización cultural, económica y social de un país. A pesar de que la emigración haya sido una constante en la historia de Portugal, el final de la dictadura en 1974 y la integración europea en 1986 cambiaron la realidad del país, convirtiéndolo en un destino atractivo. En este contexto, en los años 80 la ampliación del mercado de trabajo y de las redes informales de carácter familiar contribuye al crecimiento de la comunidad inmigrante de los PALOPS (Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa). Posteriormente surge el flujo brasileño y, después de 1998, un colectivo más familiar y cualificado proveniente de países del este. Los últimos censos de 2011 indican que el número de extranjeros residentes en Portugal creció casi un 70 % en la primera década de los 2000; en la actualidad se sitúa en los 400 mil y entre las nacionalidades mayoritarias están Brasil, Cabo Verde y Ucrania.

La población inmigrante de por sí presenta características asociadas al emprendimiento, pero al nivel del mercado de trabajo y emprendimiento se asume como una estrategia de integración laboral privilegiada que permite muchas veces mantener la profesión de origen, hacer frente al desempleo, rentabilizar las competencias y crear puestos de trabajo para familiares o personas de la misma etnia que se reagrupan en el país de acogida. En Europa se debaten cuestiones importantes como la baja tasa de natalidad, la necesidad de apertura de nuevos contextos o el envejecimiento de nuestra población. Los inmigrantes tienen un papel de extrema importancia en la respuesta a estas cuestiones. Su visión del mundo es una visión diferente, necesariamente diferente de la de los portugueses; esta diferencia es la diferencia de quien, en la mayor parte de las situaciones, dejó su país, sus amigos, su zona de confort, para empezar una nueva vida con valor y confianza, el valor y la confianza de quien pretende dar un paso más en su aprendizaje, en su capital humano, en sus relaciones personales y seguramente en su perspectiva financiera. Su llegada es, en efecto, todo un aprendizaje para ellos, que intentan introducirse en una nueva cultura, y para los nacionales que están en su entorno y que se ponen en contacto con formas de estar y vivir totalmente nuevas y desconocidas. ¡La flexibilidad comportamental y el buen sentido son fundamentales! Cuántos conflictos ha habido por una palabra mal entendida, por un gesto que para los portugueses es habitual y para los migrantes hasta puede constituir una ofensa y viceversa. Portugal sigue una política intercultural que se asienta sobre los pilares del diálogo, del respeto y de la valoración de las diferencias existentes. Esta perspectiva es importante cuando hablamos de emprendimiento.

En este contexto, a partir del experimento ASI (2007) llevado a cabo en un estudio de investigación con una muestra de 591 sujetos y con representatividad a nivel nacional (Proyecto PEI – “Factores Predictores de Empleabilidad de Migrantes: Implicaciones para las Políticas de Empleo y Para los Servicios de Apoyo a la Integración”), habría que resaltar varias reflexiones. Una de ellas es la situación de gran vulnerabilidad en la que estas personas viven principalmente en su llegada: situaciones de precariedad laboral, de salud, de vivienda… en fin, personas en situaciones difíciles pero con una fuerza incalculable, demostrada en varias frases de las entrevistas realizadas: “Mi preocupación es el día de hoy”, “Sé que con esfuerzo y trabajo mañana estaré mejor y va a merecer la pena”.

En efecto, se comprobó que la red social de estas personas es de gran importancia en su llegada y que su situación en la gran mayoría de los casos va progresando de forma que consiguen un nivel de vida bastante satisfactorio.

También se comprobó que una de las opciones a tener en cuenta por el emprendedor inmigrante es la situación de iniciar su actividad por cuenta ajena y posteriormente crear su propio negocio bastante semejante al que dejaron atrás en su país de origen. Esta trayectoria profesional se ha convertido en una de las más eficaces. Esta idea es similar a la experiencia de los migrantes coreanos en Estados Unidos, según Nee & Sanders (2001), donde la base familiar es fundamental para disminuir el riesgo asociado a actividades emprendedoras. Una vez que las mujeres coreanas optaban por un trabajo estable, esto daba lugar al espíritu emprendedor por parte de los maridos. En Portugal, se constató que muchos emprendedores inmigrantes creaban negocios en otras áreas que no funcionaban, por lo que normalmente la situación profesional más cómoda sería la de volver a la actividad anterior. Esta situación no es de extrañar, considerando el capital humano acumulado y la posibilidad de conseguir poner en perspectiva un negocio intercultural con las ventajas que este provoca, y va en consonancia con la explicación de Mincer (1974), que demostró que la evolución profesional se basa en el capital humano acumulado y en la cualificación.

A pesar de las plusvalías del emprendimiento inmigrante, son muy pocas las medidas de fomento del empleo, emprendimiento y formación que están disponibles para los inmigrantes y los grupos más vulnerables en Portugal (MALHEIROS, 2013). Entre los obstáculos más relevantes que encuentran están las barreras legales e institucionales derivadas de las condiciones legales de la inmigración, la dificultad del acceso al crédito o el desconocimiento de las leyes y del mundo de los negocios (COUTINHO, OLIVEIRA, SOARES E SANCHEZ, 2008).

De esta forma, resulta esencial, por un lado, sensibilizar a los portugueses sobre las ventajas del emprendimiento inmigrante y de los beneficios de una sociedad diversa tolerante, abierta al entorno y, por otro lado, sensibilizar a la población inmigrante sobre lo que el emprendimiento puede representar para su integración laboral —especialmente como una alternativa al desempleo—, combatir la desinformación facilitando información generalizada, y crear una red de apoyo técnico que permita a los emprendedores inmigrantes obtener un apoyo específico, de forma que se adecue a sus especificaciones y necesidades como ciudadanos/as extranjeros/as (MARINHA; SILVA, CARRETO, TERRÍVEL, COSTA, 2015). En algunas sesiones experimentales de sensibilización para inmigrantes desempleados realizadas entre 2010 y 2015, los investigadores de la ASI han comprobado que muchas veces los inmigrantes no tienen, antes de estas, noción del capital humano y social que poseen y de su potencial trabajo, ya sea por cuenta ajena o en proyectos de emprendimiento. En este sentido, miran su trayectoria profesional de forma bastante emotiva, sin conseguir tener la objetividad necesaria para darse cuenta del gran valor de sus capacidades y de cómo estas pueden contribuir como un factor que les puede diferenciar de la población general.

La recomendación subyacente a este artículo y al proyecto que se está desarrollando va en consonancia con el fomento del emprendimiento inmigrante en Portugal a través de potentes medidas de información que hagan frente al desconocimiento de los trámites legales, procedimientos operativos y modalidades de crédito, que son el núcleo de la tan baja adhesión a este tipo de iniciativas y del fomento de la formación que permita poner en marcha las ideas innovadoras de los inmigrantes, de forma que cree condiciones para visibilizar su contribución a las dinámicas de desarrollo social.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS